Stop, arrêter, parar pues de hacer algo. Detenerse en el paso, de continuar con la costumbre, porque es tiempo de un cambio, o por el hastío de la prolongación. En fin, esto es pura retórica de lo mismo. Dejar de hacer lo que estamos haciendo, por el simple hecho de parar o porque hay una razón que nos obliga a hacerlo. A veces ( muchas, sino es que la mayoría) tenemos la decisión de parar ciertas circunstancias en nuestra vida. Esa acción que nos define como humanos, el libre albedrío de elección, es lo más sagrado que podemos tener. Lo curioso es, la cantidad de problemas que nos puede causar el tomar una desición, que consecuentemente, nos hará parar algo en nuestra vida, que por si mismo, presentará un cambio; cambio al que posiblemente, y sin preeverlo, no estemos listos para aceptar o procesar. Después, llega el momento en que no podemos soportarlo más. Nuestro corazón nos grita la acción correcta, para que nuestro cerebro cordine las acciones que nos permitan respirar lib